
Como nacen los elásticos a lo largo
disimulando ser los electricos cables
de un teléfono,
¡qué farsante!
o tal frase pronuncio
por la decepción emergida
de las cuerdas vocales ajenas expresándo
la tortuga y torturadora verdad
y en el tímpano clavado desde el norte
de santiago,
una distribuidora o vendedora de escenas
en plena plaza desérticas y de compañía
altos focos prostitutos, jóvenes, perdidos,
vendidos...
golpeándose en las frentes
atraviesan por los anos e ilumina
de una vez el miedo del que he estado
huyendo y escribiendo.