viernes, 26 de enero de 2007

Q.E.P.D.


· Atención por favor,
delicadamente presten sus oídos ·

Pequeña Gigante.

Son de una mujer
los ojos cristalinamente celestes
son de una mujer,
la voz entonada habitualmente
a la ternura gruesa
es de una mujer, madre y abuela.
Como modo de vida,
la suya una novela.
Desde las raíces tuyas
moldeaste los hechos,
sin gastar el tiempo-
indiferente a la adversidad
y a ninguna perturbación
invitaste a tu vía_ camino.
Es de una mujer
la cualidad
de beber siempre
la jugosa juventud de
las mañanas
y de presentar frente a todos:
¡La existencia no tiene edad!
Con un loco optimismo
frente a los muros que implantaba
tu destino-
son de esta mujer
los pies como un solo pilar
plantados y bien forjados
en la tierra
y como de ninguna mujer
es su sensibilidad
apasionada a los sentimientos
y de ello_ a tu manera_ diste la miel
que acurrucabas en tus brazos
esa miel que hoy tiene mi madre,
y de ese acurruco
punzaste mis sentidos-
al amor con tacto,
tacto con abrazos,
tacto con fuertes besos
en las manos.
Te tendiste, te sumergiste
en mis sonetos
como ninguna mujer
lo hizo mejor-
entendiste el sabor de las letras
y hoy por todo esto
te recito y te despedimos;
es esa mujer
que hoy veo en grandes partes
de mi madre,
quedas latente en mis recuerdos…
hoy, gran mujer,
vete y pásalo bien
¡Todo!
· por todo lo que fuiste ·
te lo agradezco_ te lo agradecemos.